Por fin en Marshington Abbey
Título: Por fin en Marshington Abbey
Resumen:
Lady Miranda
Hawthorne es una dama en todo lo que hace, aunque preferiría no tener que estar
siempre pendiente de los convencionalismos. Se desahoga desde niña vertiendo
sus sentimientos más profundos en una serie de cartas dirigidas a un viejo
amigo de su hermano, el duque de Marshington, aunque nunca ha pensado
enviarlas.
Cuando Marlow —el extraño nuevo ayuda
de cámara de su hermano— descubre por casualidad una de las cartas y la envía a
su destinatario, Miranda se siente morir.
Reseña:
Esta novela es la combinación perfecta
de lectura entretenida y larga. Aunque
he de reconocer que si no fuese porque tiene unas buenas 400 páginas, diría que
es una lectura rápida. Esto se debe a que aparte de ser un romance, y centrarse por ello en los sentimientos de los
personajes, tiene un arco temático centrado en la acción. De esa manera, la novela salta con naturalidad de hablar
de visitas entre aristócratas a explicar una trama de espionaje.
Recomendaría el libro a los que se leyeron Edenbrooke.
Es decir, todos aquellos que buscan
una trama romántica basada en la época de la regencia, con toques de
misterio y espionaje. Es uno de esos libros de bailes e intrigas (a veces un
poco exageradas, a decir verdad). También roza
la comedia, con algunos momentos que arrancarían una sonrisa a cualquiera.
Se trata de un preparado
rápido de romance y acción, pero es satisfactorio. No tiene una narrativa
excepcional, la ambientación es adecuada (pero no explica nada que no podamos
ver en cualquier otro libro del género) y los personajes están bien
desarrollados. Esto nos lleva a decidir que es un producto apetecible, pero no extraordinario.
Antes ya he mencionado que los personajes tienen profundidad; si
no fuese así la historia no valdría mucho. Quizás la genialidad de este libro
son las interacciones entre los
protagonistas. Miranda y Ryland sienten atracción entre ellos de buenas a
primeras, pero no se enamoran del día a la mañana. Se puede deducir que se van
a enamorar desde bien comenzada la lectura, pero eso no acorta el proceso. Por
otro lado, no hay momentos insufriblemente empalagosos (ahora no se me ocurre
ninguno, vamos), más bien la pareja se divierte haciéndose rabiar mutuamente.
Algunos lectores quizás les cansará el personaje de Miranda. Es emocional y esto es un tema repetitivo
en el libro. Sin embargo, al leerlo tuve la sensación de que se le da mucha
tinta a su incapacidad para restringir
sus emociones, lo que en mi humilde opinión, no era necesario. Porque aunque es
un personaje emocional, también es razonable (excepto alguna que otra salida
que es disculpable, pues todos no equivocamos). Lo que me lleva a pensar que en
este asunto había “mucho ruido y pocas nueces”.
De la calidad de la
traducción hay un detalle que me irritó bastante. El traductor utilizaba repetidamente
la expresión “a postre”, que nunca antes en mi vida la había oído, pero a base de
verla una y otra vez, deduzco que significa algo similar a “finalmente”. En
principio, no tengo nada en contra de que las personas utilicen expresiones
cultas, y entiendo que una muletilla cuesta mucho de eliminar del vocabulario, pero
cada vez que la leía me daba alergia en
los ojos.
Valoración sobre contenidos
adultos:
Apto.
Es una novela romántica, lo que implica besos.
Valoración: 3/5
estrellas (me ha gustado)
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